Proyecto de fundación El Toldo que busca el rescate de la memoria comunitaria que habita en la cocina tradicional del archipiélago de Chiloé.
La tradición culinaria de Chiloé se ha mantenido como parte de su historia viva, prevaleciendo con mayor fuerza en las zonas rurales del archipiélago. Para mantener un legado de saberes, tradiciones y conocimiento ancestral, Fundación El Toldo busca generar espacios de comunicación entre niños y adultos de la comunidad.
Esta iniciativa es financiada por el Ministerio de las culturas, las artes y el patrimonio, a través del Fondo Nacional de Fomento del libro y la lectura (FONDART) en la convocatoria para el año 2024, en la que se trabaja con tres escuelas de sectores rurales de la comuna de Ancud.
La iniciativa se llevará a cabo durante los meses del año escolar, con alumnos de segundo ciclo (de 4to a 8vo año de educación básica) y está dividida en sesiones mensuales, en las que se trabajan escritos y lecturas. Cada sesión por medio a la jornada se suman adultos de la comunidad relevantes para los niños y niñas; mamás, papás, tíos, tías, abuelos o vecinos.
Las jornadas son guiadas por la poeta Rosabethy Muñoz, premio iberoamericano de literatura, quien proporciona las herramientas para desarrollar la creatividad de los niños y niñas, a través de escritos relacionados a los recuerdos entorno a la comida, para posteriormente condensar la jornada en una experiencia de creación artística guiada por la artista visual Carla Soto.
Para darle sentido y continuidad a la creatividad que explota en cada sesión, se han planificado diversas actividades, en las que se aborda la cocina y la memoria desde distintas aristas, como los sabores, sentidos y las palabras, o preguntas como ¿dónde empieza la cocina? ¿En la recolección de los ingredientes? ¿En la búsqueda de los mismo?
La importancia de mantener viva la cocina tradicional, propia de una tierra aislada es parte de la conservación de una cultura. La memoria emotiva que vive y revive en la conexión con los sentidos asociados al gusto y el olfato son únicos y se pueden vivir desde la individualidad, o desde la colectividad.
Es esta intersección entre la cultura, la emotividad y la comida la que se busca abordar por medio de esta enriquecedora experiencia, con la creación de un relato escrito que involucre una receta y una emoción que se plasmará tanto en el escrito como en el trabajo artístico.